jueves, 21 de octubre de 2010
2 Cafes solos para 1
Quizás no haya sido la primera vez que entro en una especie de estado plano, en el cual, no siento el paso del tiempo ni mi propio movimiento al andar. Pero si...Hoy al salir de mi casa, cruzar la calle, y caminar hacia la parada de Tren más cercana, vi como un rayo violeta me cegaba y que posteriormente amanecía apoyado en un banco, en el parque San Benito. Un lugar que esta relativamente lejos de tanto de mi casa como de mi trabajo.
¡Vaya! hace un día estupendo, puede ser que mi propia mente, que están tan acostumbrada a los días nublados diarios, que al recibir una pisca de calor y de sol, se bloquea y me hace perder la noción del tiempo y de mi propio cuerpo...Que cosa tan extraña. Hace días que no duermo con tranquilidad, parece que me agobia tanta soledad y necesito que alguien me pase aunque se sea, la mano y me calme un poco, al fin y al cabo, soy humano, por lo cual soy perfectamente amable. Amable en el sentido de amar, que me pueden querer vamos...
Otro día más de trabajo, llego a la oficina ¡Que escándalo! ¿No pueden parar de hablar? ¿O quizás hacerlo más bajo? No por hablar más alto, nos vamos a entender más. He llegado a pensar que el jefe, que me odia, ha bajado el volumen de los teléfonos para que así, mis compañeros no hablen sino griten, de tal manera que a mí me reviente el cerebro.
Antes dije que hacía sol y que el calor me dio, en la cara, si si, lo sentí, me dio en la cara, y no os miento, durante un momento, hacía tiempo de verano. Pero no duro nada, ahora miro a través de mi ventana y solo veo agua y agua y más agua, lluvia, lluvia y el día más nublado aún. Son las 12 de la tarde y parece que sean las 19, a punto de anochecer. ¡Qué ciudad más asquerosa!
Por fin, un día largo de trabajo pero como es rutina, lo completo sin rechistar y rindiendo al máximo. Voy al bar donde suelo descansar unos minutos antes de volver a casa y darle el broche final al día con un poco de telebasura o cine para deprimidos, total, eso es lo que soy, un deprimido...
Lógico, la ley de Murphy, si algo puede salir mal, saldrá peor...Mi bar cerrado, buscaré otro, soy adicto al café y sin él, me es imposible volver a casa.
Ahí está uno ¡Es perfecto! terraza, aunque este lloviendo y yo empapado, porque perdí mi paraguas en el trance de esta mañana. Siempre es bueno ver que un local tiene buena pinta y tenga armonía. Me siento en la barra y pido un café solo, el camarero muy servicial, me lo entrega junto con una galleta muy curiosa y el periódico de hoy. Guerras, muertes, paro, robos, estafas ¡Aquí esta! La sección de cultura, mi favorita...
Leo y tomó mi café plácidamente, a la vera del calor de este maravilloso local. Creo que es de las veces que no siento angustia por dentro y estoy muy ligero, ¡Mi alma no me pesa ahora! Al fin y al cabo va a ser un buen día. A pesar del trance, antes de ello, sentí el sol en mi frente y ahora estoy muy cómodo aquí, ojala esto durara para siempre. Pero todos los locales cierran.
A mi lado un señor con aspecto humilde y muy sonriente se sienta y pide 2 cafés solos para él. Que tío...Dos cafés solos, si no muere de infarto esta noche alguien será afortunado de tener a un hombre como una moto a su lado...cosas de la vida.
Me pide el periódico, yo educadamente se lo entrego, pero no pierdo de vista al señor sonriente. Se toma un café y el otro ni lo toca. Me sorprende, quizás haya esperado a alguien y le haya pegado el plantón. El señor se coloca la gabardina, se pone su sombrero y se marcha.
No deja de pasarme por la cabeza a aquel hombre ¿Por qué había pedido dos cafés y se había tomado uno? Deja de pensar Rodrigo, deja de pensar que quizás contaba con tomarse los dos y solo pudo con uno, o lo que pensaste antes, esperaba a alguien y ese no vino o simplemente no le gustó el café que servían. Anda vete a tu casa, pégate una ducha y acuéstate que mañana tendrás un largo día.
Curiosamente, seguí yendo al local aquel y siempre estaba el mismo señor, pidiendo los dos cafés solos, pero siempre y recuerden con digo siempre, dejaba uno intacto. Entre que el trabajo me estresa, vivo solo, y no tengo amigos, este tema me está absorbiendo la cabeza. Voy a preguntarle al camarero si conoce algo sobre ese tipo.
Lo que faltaba...No lo conoce y no lo ha visto nunca ¿Qué es? ¿Un Agente Secreto? Me jura por todo, que nunca ha visto a nadie que haya pedido dos cafés solos y deje siempre uno. Incluso la pregunta le hace gracia y todo...No estoy para bromitas ahora, la verdad. Voy a esperar que entre por la puerta, y a la salida le pregunto el porqué de su misteriosa y a la vez absurda rutina, es que el hombre se está dejando 70 Céntimos diarios en cafés! eso multiplicado por cada día con unos 19,6 € al mes aproximadamente, que este hombre puede hacer maravillas con esos casi 20 € que son.
Ahí está...voy a preguntarle:- Hola mi nombre es Rodrigo, hace más de un mes que frecuento por este local y me he fijado que usted hace igual que yo, pero no he podido evitar fijarme en una cosa, es que usted pide siempre 2 cafés para usted y nunca se los toma, siempre deja uno intacto ¿Por qué lo hace? El señor me responde amablemente:- Son para usted, pero nunca he tenido valor de preguntarle si le apetece hablar conmigo, al fin al cabo, no tengo amigos y me cuesta mucho hablar con la gente.
Súper contento, acepto su café, al fin y al cabo, yo tampoco tengo amigos y también me gusta mucho hablar con las personas, quizás sea el comienzo de una bella amistad.
Al final de la tarde después de tomarnos el café, el señor me dice:- Rodrigo, formo parte de ti, pero soy la parte en la que sonríes, hazlo que a mí también me gustaría salir y relacionarme con el mundo ¿Sabes?
¿Qué?:- Le respondo yo. Entonces de repente el misterioso señor desaparece y lo cambia por el camarero que con cara de consternación me dice:- Señor, es por su propio bien, los servicios de sanidad advierten que consumir más de 2 cafés diarios puede producir problemas cardiacos.
Mareado miro hacia la barra y en efecto, delante mía habían 3 tazas de café totalmente vacías...Creo que tengo que cambiar la medicación para dormir.
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yo tomaba café solo hasta que un día su sabor amargo me trajo recuerdos y me volví nostálgica. ahora soy más de café con leche y con medio sobre de azúcar.
ResponderEliminarunbesiito:)