sábado, 18 de febrero de 2012

Carnaval



Carnaval

Donde las personas pueden ser lo que siempre han soñado…Donde el roce, lo inflamable, lo etílico y la locura convergen en un punto concéntrico hasta el alba…dejando el mundo de cuerpos evaporados.
Las sonrisas en máscaras de humo, nos avisan del peligro de esta factura, que se nos presenta, como feliz y contenta…enseñando el doble filo en sus manos, y la sombra de suicidio emocional. La ropa de esta velada debe ser llamativa, esperamos para creernos sueños nuestros o de otros. Donde nos provoca la provocación de los demás, donde tomamos y creemos ser inoxidables sin ninguna necesidad.
Hay un niño llorando, pidiendo tu atención, gritando y verbalizando tu verdadera intención. Estás a su lado, pero tienes puesto tu disfraz de gala, cayendo en un pozo sin fin, cayendo en las mismas trampas, sufriendo y maldiciendo tu karma.
Recreas la libertad con el pensamiento efímero de tu falsa felicidad, de tu incierto libertinaje y de tu corrupta diversión, creyendo que las sombras que te rodean y te van engullendo poco a poco, te comprenden y te dan el placer corporal que deseas y que en sobriedad callas…
En estos momentos deseas que esté contigo, lo etílico te hace desvanecer con mi rostro sonriendo en tu consciencia, pensando que debo estar ahí para ti, en este lugar y evento, donde todos visten lo que sueñas, donde todos cumplen lo que otros le piden, donde muchos aprovechan para destacar, donde algunos van de lo que son, y que en su día a día van disfrazados de silencio…Ahí donde algunos quieren aclarar, Ahí donde otros desean disfrutar…En esta pequeña orgía llamada Carnaval…

domingo, 5 de febrero de 2012

La Torre de Babel



Nos sentamos a esperar
Y quisiste crecer
Creando sobre el papel
Las figuras de tu interior…

En el inmenso acantilado de mi moral
Solo el reglón torcido de tu guion
Puede salvar esta alma infernal…

Creo ordenar el cielo con estos cantos…
Gimiendo de dolor al notar los muebles
De tu pequeño malestar…

Ahora siento que comienzo a desordenar
Esta pequeña habitación
Ahora siento que comienzo a destrozar
Todo el celofán, Todo el color de tu andar

En inmenso acantilado de mi moral
Dejo señales de mi soledad
Y chocan contra los restos de Babel

Pensando que nuestro idioma
Nuestra comunicación
Está por ver…

sábado, 28 de enero de 2012

Medianoche en París

Medianoche en París.

No puedo evitar sentir la ligera sensación de estar flotando después de ver cerca de hora y media de la última película de Woody Allen.
A veces me gustaría poder ir marcha atrás poder parar ese momento en el que todo se derrumbó. Me pregunto qué habría pasado si eso no hubiera ocurrido…
Saber la verdad sobre las verdaderas mentiras que todos creemos que son ciertas, momentos que no dudamos en porfiar que han sido así y que en lo más oscuro de mi corazón pienso que se han creado de otra manera.
Me gustaría dar marcha atrás, y saber como eran los que hoy componen los cimientos de la moral, la ética, la filosofía, la medicina, la ciencia…Todos ellos marcados por algún final o algún desdichado que vendió una falsa imagen justo en el momento en el que ellos, avanzados, claudicaron y dejaron de existir en carne para formar parte de la memoria incierta colectiva.
Iría a cada una de sus etapas, compartiría lo que ellos quisieran en el momento que sea…No dejaría escapar la oportunidad de saber la verdad con mayúsculas de lo que verdaderamente mascamos cuando abrimos uno de sus libros o vemos algunas de sus obras de arte.
A veces me gustaría poder ir marcha atrás y sentir cómo era esa vida, donde un paseo con ella, podía ser más maravilloso del mundo, donde compartir algo tan insignificante como un café podía proporcionarte datos sobre su vida que nunca lograrías en toda una vida junto a ella en estos años.
Es tan triste mirar hacia atrás y ver que ahí tantas cosas que se quedaron por hacer, que lo único que piensas es que las promesas son solo utopías que el ser humano no ponemos como metas para seguir avanzando a la velocidad de las placas tectónicas de la tierra…
Me siento Owen Wilson en estos momentos, deseando que venga un auto de 1920 y me lleve a la España de aquél entonces…posiblemente tendría una charla bastante dura con el Señor Benito Pérez Galdós.

viernes, 27 de enero de 2012

La estantería




Llevo todo el día con el pequeño suspiro de aquél que tiene ganas de escribir algo y cree que cualquier cosa que haga, va a quedar incompleta…esa sensación de inconformismo interior y de obsesión con la perfección.
Me acerco a una vieja estantería, a estas horas, no sé si está en mi alma o está realmente en mi casa, solo sé que es vieja pero fuerte, parece gancha pero está más elevada que cualquier mueble de esta casa.
Hay libros de todo tipo, acción, drama, amor, intriga, filosofía…todos lo que uno pueda imaginar. Mi padre me dijo que cada libro que entraba en nuestras vidas, después de leerlo ya sea entero o incluso a medias, iba a parar a esa estantería, en la que parece, que todo cabe.
Sonrío a ver la inmensa variedad que hay, no me explico como puedo abarcar tanto, y es que al mismo tiempo que me puedo agobiar por ver tanto contenido, siendo en lo más profundo de mí ser, que pueden entrar infinidad de libros más.
Me acerco, con mi dedo índice voy tocando sus portadas, unas duras, otras blandas, pequeños, ediciones preciosas, otras más íntimas y algunas muy roídas.
Y es curioso, pues, cada vez que uno entra a formar parte de esta vieja estantería, no me siento sorprendido, siento que aprendo, que es curioso, interesante, bonito…pero ninguno me sorprende, no hay libros en esta estantería que yo pueda decir, parece de tapa blando pero su contenido es tan idílico que podría ser un clásico de tapa dura.
Pero aquella noche se coló alguien en este cuarto, y decidió, unir todos mis libros, vaciarme la estantería y dejarme un enorme manual, en el cual estaban todos los contenidos que había en el viejo mueble…
En el suelo yacía un libro, sin que yo decidiera que debía estar ahí, un libro sin nombre, de tapa dura, y en blanco…
Pase y pase páginas, pero no había nada…era un libro en silencio.
Sin embargo al abrir la primera hoja, comencé a imaginarme una ciudad, una preciosa capital, llena de luces, pensé en dibujar sobre él…pero lo más mágico iba a ocurrir a continuación.
Comenzaron a trazarse solas muchas líneas, tintas, colores que por arte de magia, dibujaban esa ciudad que tenía en mente dibujar sobre ese gran primer folio de ese hermoso libro silencioso…
Fueron minutos, horas…el libros había dibujado esa enorme ciudad, hermosos colores, tal y como la había visualizado yo en mi mente.
Desde luego no pertenecía a la estantería, y decidí, ponerlo en mi pequeña mesa de noche, al lado de mi pequeña cama, que normalmente me deja los dedos los pies al aire, debido a que es muy pequeña…
Aquella noche, tuve un sueño maravilloso, lleno de fantasía, y plagado de cosas que a uno le gusta soñar. Cuando abrí el libro para observar el dibujo de la ciudad, me percaté que había cosas escritas en las siguientes páginas…
Comencé a leer, y cuando hube acabado, no daba crédito a que extraño poder tenía ese libro…Era capaz de redactar y dibujar todo lo que pasaba por mi mente.
Poco a poco se fue llenando y el sentimiento de incomprensión y desubicación que tenía, fue curándose poco a poco gracias a ese libro silencioso.
Él no hablaba, no decía cosas, no te enseñaban nada…era el fiel reflejo de mi alma lo que se reflejaba en el libro…De alguna manera, escuchaba más que expresaba.
Sus hojas aumentan cuando llego al límite, no hay un punto final, creo que le encanta empaparse de la energía de aquellos que hablan, piensan e imaginan con el alma.
Por eso sé que nunca va a pertenecer a mi estantería…por ahí solo queda ese manual que el me dejó y mucho espacio para que nunca se caiga…porque en ese mueble solo va lo que ocupa espacio en mi memoria, y lo que hace y deshace a mi alma…este libro silencioso, dibujo lo que la estantería aporta a mi espíritu…dándole letras y dibujos…dándole vida y quitándola…haciendo personas y creando espacios…

martes, 24 de enero de 2012

Sal en el azucarero

Unos me cuentan cómo llegar
Saben que no soy capaz
De saltar, al vacío y alcanzar
La eternidad…

Mark Johns y su Guitarra



Trato de buscar en entre todas las frecuencias de esta vieja radio, una en la que se pueda oír el paso del mundo, el andar de cada persona de este universo, para así poder encontrar el rastro o el camino que me lleve a la felicidad.
Trato de divisar esa constelación que me dijeron que existía, pero que sin embargo se escapa a mis ojos, a mis sentidos…ese conjunto que supuestamente va a hacer que no pare de sonreír…
Y termino de arrastrar mis sábanas, que yacen bajo mi cama, dejando mi cuerpo desnudo ante el frio cortante y poco misericordioso. Me recojo, soñando, imaginando, vislumbrando como poco a poco este cuarto dejaba de oler a ti…como poco a poco, tu sombra iba alejándose cada vez más de mi.
Sin quererlo y cuando más se acercaba hacia la reina el alfil, un ataque de ira del destino, derribó esta tabla en la que solo quedaban dos piezas sobre la mesa.  Ambos jugadores observaban como sus reyes quedaban tumbados, quedando ella y el en pie.
Que fácil es embriagarse con tu perfume, sin embargo, dudo siempre en que lado de tu cuerpo la llevarás, pues es sutil, y enigmático…cuello, brazos, cuerpo…
Y me agacho un segundo para coger fuerza, así el salto puede ser más alto y poder mirar este fenómeno de lejos. Pensando e imaginando el legado que he heredado, que tú me has regalado para poder salir adelante.
Escribiendo este párrafo en concreto, no puedo evitar apoyarme en la pared de mi habitación, y sonreír mientras observo el techo y escucho Butterflies de Mark Johns, y su guitarra me envuelve y me hace volar hacía ti una vez más.
Y me lleno de esperanzas una vez más, para ponerle rostro a esa cara que aparece en mis sueños y que me levanta hacía sus brazos, sin miedos ni locuras, sin nada extraño ni demasiada cordura…No tiene rostro y sé que es ella, que tiene ese aroma tan significativo…que tiene ese andar tan maravilloso… ¿Qué es tan increíble y a la vez tan utópico?
Si tuviera la respuesta…este no sería el último párrafo que escribo esta noche, pues es demasiada la sensación de un día, que siento que como no pare, el pecho va a ramificar mis heridas y voy a tener que andar nuevamente por toda mi vida…cuesta arriba…

jueves, 12 de enero de 2012

Sin música hay BlackJack y Alfileres

Parece que todo sin música pierde su sentido. Las calles no dejan de emanar tristeza y aburrimiento. El aire frio deja de ser una sensación de enfriamiento sobre mis pómulos para pasar a ser un folio cortante en mis labios.
Yazco sobre un pequeño sofá en mi habitación, ya no es mi favorita, ya no es cálida, ahora es solo un rectángulo que a medida que intento alzar la vista se vuelve mas estrecho.

Es curioso sentir como se te caen los párpados y no es por cansancio...como tus músculos se contraen, la temperatura corporal se eleva y todo se nota frio… Y no es gripe, no es gripe.

Sin música no tengo la ficticia manipulación de mi alma, donde en pequeñas historias, me descontrolo sin que hayan consecuencias en lo terrenal…y es que sin música noto que mis tobillos ya hundidos en la tierra, se sumergen más en el fango…

Sin música todo cobra otro sentido para mi, el sentimiento ya conocido de mis miedos, de mis trabas, de esos alfileres que me clavo por seguridad a que alguien pueda desmantelarme o hacerme volar tan alto que mis manos se eleven tan vertiginosamente sobre las nubes, haciendo arcos y formas tan irregulares, que no tienen cabida en la naturaleza terrenal de mi vida.

Sin música todo es artificial e incluso me creo al más bastardo que juega conmigo una parte de BlackJack, trucando sus figuras para sumar 21 y hacerme ver que es un experto de la vida y que todo lo que sale de sus manos y labios es mas que pura causalidad…

Sin música no creo en el amor, ni creo en lo que soy, ni se lo que puedo llegar a hacer… a veces sin música, en silencio, oigo a alguien hablar en la lejanía…pero mis gritos de pánico no me dejan escucharle. Mis gritos de pánico me ahogan y me sobornan para que me clave alfileres de cristal, para que tropiece otra vez en la misma piedra, haciéndome creer que aprendo de lo que vivo.

Un segundo y la voz se acerca, mis los gritos aumentan decibelios, y los pesimistas que tienen mi alma secuestrada se amontonan alrededor de una mesa para dictaminar lo que es mejor para mi – Lo hacemos porque te queremos – dicen y se deleitan viendo como tapo mis oídos para no oír una vez más la voz. Noto que es dulce, parece que sonríe cuando habla, y lo hace tan alto que comienzo a creer que le da igual mis gritos interiores y la pequeña revolución que hay dentro de mi.

Sin música me creo al mayor impostor, me oculto tras mi bellas retinas para escudarme de lo cálido – estás mejor al frio – no dejan de repetirme. Me siento a veces tan inocente y tan dura a la vez, me siento tan ingenua y lista a la vez…ya no se cuántas caras tiene mi moneda…mas que una moneda diría que es un precioso cubo, hecho de insonoro cristal, al cual pertenezco.

Sin música me ahoga escribir estas palabras que hoy resuenan y son el delito que hará que como todas las noches, pierda nuevamente al BlackJack, me encierren en un cubo trasparente e insonoro, me claven miles de alfileres para evitar mi descontrol y me repitan – Lo hacemos porque te queremos.

Sin música soy víctima de mi callar, objeto de toda rivalidad y delirio de aquellos que viven gracia a sus aires de grandeza. Sin música es todo tan complicado…

Sin música no puedo darle valor a mi alma…Sin música no te puedo sentir como querría sentirte seguramente. Sin música no pensaría lo que pienso, porque tu siendo música me harías corregir y sonreír por todo aquello que hoy me esta matando el espíritu….

Las manos en mis oídos no me dejan escucharte…no me dejan oírte ni sentirte, ni se como eres.... ni se como vienes, ni se como eres... ni se lo que quieres darme…

Sin música es tan complicado creer en mí…. Ellos no quieren que haya música en mi vida…ellos solo quieren que tenga los oídos tapados porque es lo mejor para mi…