lunes, 11 de abril de 2011

Criatura


Si fuera el dueño de mis piernas
Pasaría todos los días caminando
Por tu pequeño jardín
Al ser desdichada mi alma
Camina errante el sin sentido
El desanimo y las penas

Silbaste en mi escalera
y el eco resonó en el corazón
Tu mirada es una meseta
Tu Iris una orilla
Y tus pupilas las arboledas

Como un perro soñador
Me amparo en mi caseta
Oliendo el sucio aroma
De los que me rodean
Y mordiendo este puto hueso
Que acompaña desde que soy cachorro
...ya le llamo vida...

Te fugaste de mi prisión
De mi imaginación
Por que es imposible que existas
Los Sueños sueños son
Y las realidades soledades son
Regresa a mi mente
Conmigo en tus ojos
Abrazame fuerte..

Eres un criatura adorable
Simpática e insaciable
Sonriente y inimaginable
Tu sonrisa es de cristal
y corta mi piel como lino
Me haces ser transparente...

Repleto de ti


Como cada día al sol
Resplandece mi alma
Comenzado el juego ya
Ando condenado a soñar

Comprendiendo tus miradas
Recreo nuestras manos al pasear
Esperando que la luna
La piel nos pueda acariciar

Mis sombras del pasado
Naufragando entre tus labios están
Rodeado de tu fragancia
Sientes el peso de mi vida sobre ti

Rozas mis dedos
Con tu seda al saltar
Mientras tus risas me impiden
Aterrizar…

Si comienzas por tu vida a caminar
Nunca dejes de creer
Que mis manos podrían evitarte
Caer…

No pienso momentos fuera  de ti
Sorteando mis espacios
Repito dentro de mí
Que el limbo puede esperar…

La Flor del ramo


Hace más de un año, mi vida giraba en torno a diferentes métodos para sonreír. Confiaba que con la variedad conseguiría una estabilidad. Llenaba más y más las aspas de mi balanza y por momentos pensé que nunca estaría tan pleno como en aquella época.
Sin embargo nos damos cuenta que las personas necesitamos de las emociones fuerte, por eso perseguimos a esa ansiada persona que nos haga feliz durante toda la vida, o necesitamos vivir experiencias fortuitas. Hay quienes necesitan de la adrenalina, pero eso es otra cosa aparte.
Mi necesidad se basó en la búsqueda continua de mi identidad y jamás he logrado obtenerla, pero quizás hace ya un año, desde que la conocí, pues veo quizás el resplandor de lo que verdaderamente signifique mi alma.
Jamás pensé que descubrir una flor fuera tan enigmático y a la vez tan decisivo en mi vida. Fue en febrero y mientras andaba y bailaba embriagado, dos increíbles pétalos verdes se posaron en mis ojos, parecía que me saludaban. Esa noche la imagen de esa flor jamás se desprendería de mis retinas.
Miré en miles de enciclopedias y pregunte a algún que otro que se las daba de sabio, y al final de todo te encontré a pesar de la cantidad de dificultades que me opusieron.
Es preciosa, tiene un tallo claro con colores entre rosado y beis, sus pétalos son del verde más esperanzador y en diferentes días, parece que se tornan azules.
Es una flor que debe ser cuidada y regada muy a menudo. Cuentan las historias que debido a su inmensa belleza, los antiguos druidas, la alejaban de sus aldeas evitando que los hombres cayeran enamorados de su preciosidad.
Sobre mi pecho yace todos los días y sus raíces dan calor todas las mañanas a mi cuerpo.
Me escucha, me consuela y siempre entiendo cuando su tallo se curva en señal de angustia.
Hace ya muchos meses desde que comencé a cultivarla y aunque me requiere mucho amor, paciencia y complicidad, debido a su duro pasado, no me importa nunca darle todo aquello que ella me pida, aunque en ocasiones soy humano y me descuido.
La flor que llevo en mi pecho, me ha hecho ver parte de mi identidad y me ha transmitido mucho de lo que he buscado durante mis 20 años de existencia, no tengo duda de que esta flor es eterna y nunca morirá y su aroma tan dulce seguirá embriagándome el alma.
Vivir pensando en regar, cultivar, criar y hablar con una flor, pensareis muchos que estoy loco, pero hoy y por siempre prefiero vivir en una locura y permanecer estable en ella a que la estabilidad me haga sumirme en una locura.